“…presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras;……....” Tito 2:7a)
Normalmente nos presentamos ante nuestras clases, damos la lección que hemos preparado tan cuidadosamente, nos despedimos y creemos que solo nos resta esperar hasta el próximo encuentro. Pero me gustaría que te preguntes algo: ?eres consciente que esos ojitos y oídos que te estuvieron atendiendo durante la ense?anza, tal vez te sigan observando? ?Lo habías pensado? Que importante es que tengas esto presente.
Mi vida debe condecirse con la lección que acabo de dar. Tal vez algunos de esos ni?os que tuviste en el aula te estén mirando durante el culto o en otras actividades de la congregación o en tu mismo barrio. Aquel que lucha cada día por aplicar y vivir lo que ense?a, logra que los dichos de su boca estén respaldados por su testimonio de vida. Aplica primero las ense?anzas que vas a entregar en tu propia vida, entonces y solo entonces transmitirlas será más sencillo. Tu objetivo debe ser crecer, ser transformado por la Palabra.
Como decía el Dr. Howard Hendricks en su libro Las siete leyes del maestro,” …Cuanto más transformados, más efectivos como maestros……. Si dejas de crecer hoy, dejaras de ense?ar ma?ana.”
Nunca olvides que siempre alguien te está mirando.
Dios te guarde y guie.