Consejos Básicos para tu ministerio
Seguramente, si tu formación secular es la docencia, muchos de los consejos que veras aquí te serán conocidos.
La idea de este espacio es la de dar herramientas a todos aquellos que sienten el llamado de dar a conocer la palabra de Dios a los ni?os y su formación en la vida secular no tiene ningún punto de contacto con la docencia. Obviamente no estamos hablando de dar tan sólo una clase, si no que será un momento en el cual, por medio de esa clase, estarás presentando una verdad bíblica que podrá actuar en la vida del ni?o. Por lo tanto, de más está decirte que pidas orientación y sabiduría a Dios sabiendo que él ya conoce a los ni?os que tendrás delante de ti, sus necesidades, miedos y carencias.
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Aquí van algunos consejos. Espero te sean útiles. Ante todo, es sumamente importante planificar tus clases en forma mensual, bimestral, trimestral o marcando el lapso de tiempo que creas conveniente. Si tu trabajo será en una escuela dominical, al menos tus planificaciones deberían ser mensuales. Debes tener en claro el rango de edad del grupo al cual darás las clases.
Debes plantearte objetivos claros, simples, de fácil evaluación. Decía un filósofo que la razón por la cual algunas personas no llegan a ningún lado es que en realidad no estaban yendo a ninguna parte… He aquí la razón por lo cual es tan importante que marques un objetivo. Todo lo que ofrezcas en la clase debe apuntar al objetivo: las canciones, el texto elegido, los gráficos, los juegos; de tal manera que el ni?o pueda expresar en sus propias palabras el tema de la clase. Ejemplo de objetivos: que los ni?os aprendan que orar es hablar con Dios, que los ni?os descubran lo malo que es mentir, que los ni?os… etc. Al final de cada serie de lecciones que hayas planificado debes ir evaluando si el objetivo ha sido cumplido. Es decir, siguiendo con nuestro ejemplo anterior, deberías evaluar si el ni?o entendió que orar es hablar con Dios o lo malo de mentir. Al evaluar estarás comprobando si los métodos que usaste para dar las ense?anzas fueron eficaces, de lo contrario deberías ajustar tu forma de presentar la ense?anza.
Existen infinidad de recursos que puedes usar, pero, sobre todo, usa tu creatividad. Enumeramos algunos
recursos. Recursos escritos: lecciones ya armadas, adaptándolas a tu grupo. Podrás encontrar
una guía de algunos de estos materiales en la opción Lecciones Bíblicas de nuestro sitio. Recursos visuales: dependiendo de la edad del grupo, podrás usar dibujos o imágenes que acompa?en el relato de la historia elegida. Tal vez un títere que haga alguna pregunta que dé el puntapié inicial para empezar la historia bíblica. Objetos de la vida cotidiana que ilustren la ense?anza, por ejemplo, si voy a hablar sobre la oración, podría llevar un teléfono y que esto me sirva de gancho para empezar mi clase. No olvides que el ni?o recibe por lo que escucha, pero más aun por lo que ve.
?Cómo debo relatar la historia? Si bien tendrás un objetivo a cumplir con cada clase armada, tu objetivo principal para TODAS las clases debería ser el de mostrar al ni?o que esa historia bíblica que le estas dando, tiene relación con su vida hoy. No tan sólo narrarle la historia para que él la recuerde como una novela, si no que esa historia le muestre una situación que puede presentársele en su vida como ni?o. Por lo tanto, un consejo muy útil, es que mientras estas relatando “vayas y vengas” en tu exposición, es decir, ir de la historia bíblica a la vida del ni?o y viceversa. Te doy un ejemplo: objetivo de la clase: que el ni?o aprenda a ser solidario – historia bíblica: buen samaritano – “…y entonces pasó por allí un samaritano, que miró a esta persona lastimada, pero no le dio importancia y siguió con su camino. ?Te pasó eso alguna vez? Tal vez estás en el colegio y ves un compa?erito triste o solo, ?te interesa saber qué le pasa?, ?te acercas para hablar con él?, ?o preferís irte con el grupo y seguir jugando? …... ?qué le habrá pasado a este pobre hombre?, ?averiguamos? …” y así sigues con la historia, hasta que en otro punto de la misma vuelves a hacer ese ida y vuelta del que hablamos antes, acercando la vida del ni?o al relato que estamos dando. Obviamente todo esto lo debes llevar ya armado, nada de improvisar en el momento. Nada de lo que hagas debe estar improvisado.
Otra cosa a tener en cuenta son los distintos momentos de una clase. omega replica Siempre habrá una introducción, una parte central y un cierre. En la introducción, ya sea por medio de un juego, un títere, un relato corto o un objeto, deberías presentar el tema de la lección del día. Luego vendría la parte central, que sería el relato propiamente dicho de la historia bíblica, usando algunos de los recursos que vimos antes para exponerla y NO olvidándonos de hacer nuestro “ida y vuelta” del que hablamos antes. Por último estaría el cierre, en el que podremos ense?ar el texto elegido acorde al objetivo o tal vez hacer alguna actividad escrita, siempre siguiendo el objetivo que hemos elegido.