“Tomó luego Samuel una piedra y la puso entre Mizpa y Sen, y le puso por nombre Eben-ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová”. 1°Samuel 7:12
Debe ser la característica de un docente evaluar y analizar la tarea hecha. Ante la finalización de un periodo lectivo o una unidad de estudio, es bueno tomarse unos minutos y hacerse algunas preguntas. Por ejemplo: ¿Me limité solo a cumplir con un programa de estudio bíblico o trabajé de corazón a corazón? ¿Logré hacer un trabajo pastoral con mis alumnos? ¿Qué cosas quedaron en el tintero? ¿Termino el año o la unidad conociéndolos realmente?
No veas la evaluación como algo negativo que solo te muestra lo que aún no has logrado, sino vela como una herramienta sumamente valiosa para mejorar y crecer. El Señor mismo luego de trabajar en la creación evaluó lo que había hecho. En base a esto genera nuevos objetivos, recrea tus metas. No olvides que un sueño es solo un sueño, pero un objetivo es un sueño con un plan y una fecha tope. Modifica lo que debas modificar y entrégale al Señor tu proyecto para que puedas sentir su mano dirigiéndote. Y así poder decir: “Hasta aquí nos ayudó Jehová”.
Dios te guarde y bendiga.