La Tragedia del Fundamentalismo Religioso
Por Denton Lotz
En el libro Un Caso de Ortodoxia, J. Edward Carnell, uno de los teólogos fundadores del Seminario Teológico Fuller, escribió un capítulo sobre “Fundamentalismo” en el cual declara que el fundamentalismo es básicamente un punto de vista del mundo negativo. Los fundamentalistas logran la afirmación de sus ideas separándose de otros. Más aún, cuando no pueden separarse de otros, comienzan a pelear entre ellos y se separan unos de otros.
El mundo está sufriendo por el fundamentalismo religioso ya sea que se trate del Talibán o Al Qaeda dentro del islamismo o los fundamentalistas hindúes o los fundamentalistas budistas en Sri Lanka y Myanmar donde atacan a las iglesias cristianas o el ala derecha de los fundamentalistas en iglesias cristianas atacando a otros y llamando a asesinar a líderes políticos. Todos estos movimientos de fundamentalismo religioso tienen algo en común; piensan que hablan por Dios. Esto es lo que hace que el fundamentalismo religioso sea tan peligroso. Combinado con el deseo de controlar gobiernos el fundamentalismo termina en tiranía y muerte.
¿Quién habla por Dios?. Cuando una ideología política se combina con religión entonces las personas, las sociedades, las naciones y el mundo sufren. Cuando uno lee la historia de la Iglesia luego del período de Constantino cuando la Iglesia y el Papa decidieron los temas de estado las personas sufrieron. La trágica Inquisición es otro ejemplo donde miles de inocentes fueron asesinados porque no estaban de acuerdo con los líderes de la época. En la Ginebra de Calvino, Servetus fue asesinado en la quema. El mismo destino sufrieron los anabaptistas en Zurich. Conrad Grebel fue ahogado en el lago de Zurich. Hubmaier fue quemado en la hoguera en Viena. Todo esto en nombre de Dios.
Y por su puesto fue el fundamentalismo religioso en el primer siglo que crucificó a nuestro Señor Jesucristo. Lo acusaron de blasfemia, juntaron a la gente y Él fue crucificado en una cruz.
Fue por este fundamentalismo religioso que los bautistas en el siglo 17 desarrollaron el concepto de separación de la religión del Estado. Nuestros primeros bautistas vieron la tragedia de las iglesias estatales que forzaban a las personas a creer en sus doctrinas. Los bautistas creían en una confesión y en una iglesia de creyentes y por lo tanto no bautizaban bebés. Esto fue suficiente para aislarlos y perseguirlos. Incluso hoy día en muchos países la mayoría religiosa continúa poniendo restricciones en el libre ejercicio de la religión.
¿Significa esto que la Iglesia no tiene doctrina sino libertad y que cada uno puede hacer lo que le parezca?. ¡Por supuesto que no!. Por el contrario, como creyentes bautistas siempre hemos afirmado la “comunidad bendecida” en la cual las personas se comprometen consigo mismas a estudiar las Escrituras en consenso con la comunidad toda.
¡Sólo Dios puede hablar por Dios!. Somos llamados a ser sus sirvientes no a juzgar a otros. Cristo es el centro de los cristianos y por lo tanto todas nuestras acciones y todas nuestras doctrinas y comportamiento moral están determinadas por Cristo que ha sido revelado en las Escrituras. No hablemos por Dios sino dejemos que Dios nos hable y hable a través de nosotros y para toda la humanidad al predicar las Buenas Nuevas de amor, redención y perdón por la sangre de nuestro Señor Jesucristo. Oremos para que los bautistas del mundo tomen conciencia de un mundo sin Cristo y hagan de la misión una pasión. Hagámoslo en nombre del amor y en forma pacífica para que otros al vernos vean a Cristo y el amor de Dios. Seamos conscientes que todas nuestras instituciones y estructuras y líderes pueden tender hacia el fundamentalismo, con todas sus restricciones y punto de vista negativo del mundo. Más aún, alcemos a Cristo y su cruz y acerquemos a toda la humanidad a Él.
Nuestra afirmación reside en nuestra sumisión a Cristo, no forzando a las personas bajo nuestra ideología como sí lo hace el fundamentalismo. El fundamentalismo quiere controlar; Cristo quiere dar libertad. El fundamentalismo es sectario y quiere que todos marchen con la misma música. Cristo nos llama hacia la libertad dándonos la opción, “Sígueme”. El fundamentalismo finalmente elige muerte mientras Cristo da vida.
En todo el mundo veo este conflicto entre la vida y la muerte, libertad y esclavitud, Cristo o ideologías. Las convenciones y uniones bautistas están sumidas en estas luchas. Oren para que mantengamos nuestras miradas en Cristo, nuestra fundación y nuestras bases fundamentales de fe.
* El Dr. Denton Lotz es Secr. Gral. de la Alianza Mundial Bautista
|
|