“Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.”
(Galatas 5:1)
Desde siempre, y hoy más que nunca, se nos llama a vivir en esclavitud. Los judíos insistían con la esclavitud de la legalidad. Hoy en día se buscan otras formas de dominación y sometimiento, pero todas ellas llevan siempre la misma marca: la esclavitud. Pero, ¡Cristo nos hizo libres!
Primero, ¿de qué se nos hizo libres? De toda forma de esclavitud. Hay sólo dos posibilidades: o se vive bajo la gracia de Dios desligándose de la esclavitud, o se vive bajo la esclavitud y se ha caído de la gracia de Dios.
El ser humano ha sido creado por Dios a su imagen y semejanza. Como Dios es libre fuimos creados en completa libertad. Tan libres fuimos creados que pudimos rechazar a Dios. Por ese rechazo nos alejamos de Dios y arruinamos nuestra esencia de libertad. Ahora el ser humano no es más libre, está atado a todas las formas de esclavitud que nos podamos imaginar, incluída la esclavitud religiosa bajo toda forma de legalidad que nos haga aceptos delante de Dios. Por eso vino Cristo, para liberarnos completamente y para siempre de toda forma de esclavitud. En Cristo Jesús la imagen de Dios dentro nuestro que se había corrompido es hecha de nuevo, y somos hechas nuevas criaturas. “En Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor” (Galatas 5:6)
Además, ¿por qué se nos hizo libres? Porque Dios desea ejercitarnos en la responsabilidad. Cuando Cristo nos hizo libres nos hizo completamente libres. El tuvo poder, y triunfo completamente en la cruz contra Satanás. Todo poder y fuerza del enemigo fueron vencidas completamente en Cristo. Pero los seres humanos seguimos siendo libres, y seguimos comprometidos en nuestra libertad. La libertad acarrea responsabilidad. Ser libres requiere poder pensar que es lo que más me conviene, y hacerlo por mi mismo. Dios nunca quito nuestra responsabilidad como seres creados por el. Por el contrario, el aumento nuestra responsabilidad cuando nos hizo plenamente libres en Cristo Jesús. Por eso, cada uno es responsable por si mismo frente a Dios de cómo está viviendo su vida bajo la libertad cristiana.
Por último, ¿para qué se nos hizo libres? Para que usemos nuestra libertad para la gloria de Dios. Según el apóstol Pablo, la libertad cristiana tiene dos condiciones: (1) no usarla como pretexto para el pecado, y (2) usarla en el servicio y el amor al prójimo. Este es el propósito por el cual fuimos creados libres y fuimos hechos libres por Cristo Jesús. Quien es esclavo del pecado lo es para arruinarse a si mismo y para pecar contra su prójimo. Ambas posibilidades son anuladas por Cristo Jesús en su obra redentora.
Fuimos creados y redimidos a libertad en responsabilidad, para que no sigamos ya según los anteriores deseos de la carne, sino para ser guiados por el Espíritu de Dios que Cristo nos dio el día que nos redimió para Dios. Ahora los cristianos tenemos la tremenda responsabilidad de crecer en Cristo, de andar en el Espíritu de Cristo y de permitir que este Espíritu Santo nos guíe y nos de su fruto, y que vivamos en el.
Cristo nos hizo libres. Libres somos, sigamos siéndolo. No vendamos nuestra primogenitura por un plato de lentejas. No dejemos que nadie nos engañe con palabras vanas de sutil penetración. Estemos siempre firmes en la libertad a la que Cristo nos ha llamado. Sólo quien puede permanecer firme en la libertad, en la verdad, en el camino de Cristo, puede permanecer siendo fiel a aquel que lo llamó. Seamos nosotros ahora y siempre fieles a Cristo Jesús.
*Daniel Carro es doctor en teología.
|