Reafirmación
Somos iglesias y personas que buscamos jerarquizar el lugar de las Escrituras, queremos vivir a diario lo que creemos, como asi también compartir y convivir con las prácticas que definen lo singular de nuestra denominación a la luz de la Declaración de Creencias y Prácticas aprobada por la Convención Evangélica Bautista Argentina en agosto de 1987.

Esta confraternidad pasa por una comunidad que piensa su fe, la articula diariamente en su forma de vida cristiana, echando mano de la educación bíblica y teológica hasta su máxima expresión, disponiéndola para el crecimiento del pueblo de Dios.

Al entrar al tercer milenio el desafío que presentan la globalización y la creciente confusión religiosa de nuestros días, hace indispensable que nuevamente enfaticemos el texto de la Declaración de Creencias y Prácticas, como un modo de que las iglesias llamadas bautistas reafirmen su identidad denominacional y continuen enseñando creencias y prácticas que no estén reñidas con su historia, afirmando las convicciones que surgen claramente de las enseñanzas reveladas en el Nuevo Testamento.

La Biblia, escrita por hombres inspirados por el Espíritu Santo, es la única norma de fe y práctica que reconocemos. Los bautistas no creemos en nuevas revelaciones y exhortamos a todos los cristianos a definir concretamente su propia identidad a la luz de la revelación de la Palabra de Dios.

El que capacita e instruye al creyente y a la iglesia para la adoración madura, la proclamación y toda forma de servicio al prójimo, es el Espíritu Santo de Dios. Su ministerio no es frívolo. Es gozoso, pero no es humorístico ni torpemente festivo. Su objetivo es guiar a los perdidos al arrepentimiento y a la fe, y conducir a todos los creyentes a la medida de la plenitud de la estatura de Cristo.

Creemos en la iglesia local, como un cuerpo autónomo que se somete al señorío de Cristo Jesús, donde cada miembro ejerce su sacerdocio espiritual. Creemos en la autoridad espiritual de los pastores conjuntamente con el liderazgo y en armonía con la comunidad. De esta manera, todo miembro tiene el derecho y la responsabilidad de participar libremente en el ejercicio del gobierno congregacional que caracteriza a las iglesias bautistas.

Creemos que los cultos son testimonio de Cristo y que deben conducirse dignamente y en orden, sin ningún tipo de manipulación, para lograr la conversión de los incrédulos y la edificación espiritual de los hermanos.

El porqué
Nos proponemos:

Afirmar nuestra identidad a la luz de nuestra historia, su presente y su futuro, cooperando en el desarrollo armónico de la obra bautista en todo el país, haciendo nuestro aporte a nivel regional e internacional y analizando en todo, el modelo de iglesia bautista para el siglo XXI.

Integrar a las iglesias y personas que mantienen inalterables las pautas históricas bautistas con un profundo sentido federal, recreando y reafirmando la confraternidad entre las mismas.

Programar encuentros, congresos, talleres y todo espacio de reflexión bíblica y acción, en las diferentes áreas de servicio, que faciliten la comunión regional y nacional de las iglesias bautistas, generando un espíritu cooperativo para un desarrollo integral.

Desarrollar una red fluída que utilizando los modernos sistemas de comunicación y adelantos tecnológicos, promoviendo el intercambio de información, materiales de estudio, investigación, ensayos y cursos, e incrementando la formación doctrinal de las congregaciones.

Misión
Integrar desde las Escrituras para transformar. Los aspectos principales en los que estaremos poniendo nuestra energía para generar vínculos sanos en:
  • El acercamiento bíblico;
  • La proclamación del evangelio;
  • Los principios;
  • La vida comunitaria de las iglesias;
  • La identidad;
  • Los vínculos entre los líderes;
  • El servicio;
  • Los proyectos;
Visión
Nuestro desafío será el insertarnos en un mundo totalmente globalizado y cambiante, regido por nuevas problemáticas sociales, espirituales y culturales, donde el bombardeo de ofertas religiosas y pseudoreligiosas nos quieren arrastrar a descubrir soluciones mágicas e instantáneas para solucionar conflictos.

Es la reafirmación de nuestros principios en forma creativa, comprometida e inclaudicable. Aspiramos a que la identidad bautista, de nuestras iglesias, pastores, líderes y miembros, en el nuevo milenio sean conocidas y reconocidas entre quienes nos rodean, por:
  • La priorización de la palabra de Dios;
  • Una permanente y correcta relación con Dios;
  • Un testimonio fiel a Jesucristo;
  • Una clara defensa de la vida como bien supremo;
  • Un accionar a favor de un sistema de gobierno justo;
  • Un fortalecimiento de las relaciones sociales y familiares;
  • Una actitud solidaria con los pobres y los que sufren;
  • Una lucha constante contra todo tipo de violencia;
  • Un desafío permanente y comprometido en el servicio al prójimo que se resuma en ser sal y luz allí donde nos toque actuar.
Con la ayuda de Dios los valores que caracterizarán a los bautistas del siglo XXI, deberán seguir siendo la proclamación, la esperanza, la creatividad, la compasión, la espiritualidad, la voz profética, el compromiso, la cooperación, la libertad religiosa, el diálogo, la lucha contra todo tipo de discriminación y una defensa irrestricta de los derechos humanos.