Hace muchos años conocí al Señor en una circunstancia
poco grata, Él me buscaba y también yo quería un
encuentro personal. Dicho encuentro fue algo maravilloso, fue como mi primer amor. Flotaba, me sentía en el
aire, feliz.
Él nos garantiza cómo sostenernos y fortalecernos pero jamás nos dijo que no debíamos atravesar diversas pruebas.
Comencé a congregarme en una Iglesia pequeña, de pocos miembros donde trabajé para el Señor desde limpiar baños hasta cocinar para niños de la zona o dar clases en la escuela dominical, hasta que llegué a ser elegida como vicepresidenta de jóvenes. También desde mi rol de abogada, tramité la personería jurídica de dicha Iglesia.
Luego de peregrinar un tiempo fui a la Puerta Abierta, lejos de mi domicilio de aquél entonces, hasta que una de las esposas de los pastores de allí, por intermedio de Dora de Broda, me indicó que asistiera a la Iglesia de Once donde actualmente continúo congregándome.
Cuando me anunciaron que podía llegar a ser la Presidenta de la Asociación Bautista, lo sentí lejano. Pero llegó el día y sentí temor por la responsabilidad que ello implica, porque soy exigente conmigo misma y no me gusta equivocarme y más cuando se trata de cosas que son para el Señor. Por otra parte, las premisas de la ABA son, entre otras cosas priorizar Su palabra, dar testimonio de Jesucristo, servir al prójimo y en ese sentido, considero que cada día debo ser un poco mejor para poder llevar adelante esta tarea.
Fue en ese momento cuando recordé, que en el Libro de Isaías, Dios necesitaba que alguien fuera a predicar al pueblo, e Isaías, después de ser limpiado y de haber sido purgado de su pecado, respondió al llamado de Dios: “Heme aquí, envíame a mí”.
Le estaba diciendo a Dios que estaba disponible para ir y comenzar su ministerio, tal como hoy respondo al Señor: Heme aquí, estoy disponible para Ti y para la tarea que me encomiendes.
Como Presidenta debo priorizar el desarrollo de nuevos líderes y en tal sentido considero que debo escuchar y trabajar con los jóvenes, mejorar las comunicaciones de nuestra institución hacia las iglesias, los pastores y todos sus asociados y al resto de asociaciones de América Latina y el mundo hispano en general, tener mayor comunicación con los responsables de las áreas para la planicación de sus proyectos y ponerlos en marcha y también no olvidar el festejo de los 20 años de ABA en el 2025.
Por último y para redondear, tengo el mayor de los intereses en trabajar en equipo, reuniendo todas las voluntades, todas las capacidades, todos los talentos y todos los dones. Cada uno de nosotros debemos sacar lo mejor de nosotros mismos.
El libro de Isaías está lleno de relatos esclarecedores sobre el pecado y la rebelión de Israel y advertencias sobre el juicio venidero . Pero junto con las advertencias, Isaías también ofrece un mensaje de esperanza: un Mesías venidero, que vendrá a establecer el Reino de Dios en la Tierra y a crear una nueva Jerusalén.
Por eso mis hermanos, si yo estoy disponible, ¿podré contar con todos ustedes?
“Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.”
[ Isaías 6:8-13 ]
LILIANA CHIMENTI
Él nos garantiza cómo sostenernos y fortalecernos pero jamás nos dijo que no debíamos atravesar diversas pruebas.
Comencé a congregarme en una Iglesia pequeña, de pocos miembros donde trabajé para el Señor desde limpiar baños hasta cocinar para niños de la zona o dar clases en la escuela dominical, hasta que llegué a ser elegida como vicepresidenta de jóvenes. También desde mi rol de abogada, tramité la personería jurídica de dicha Iglesia.
Luego de peregrinar un tiempo fui a la Puerta Abierta, lejos de mi domicilio de aquél entonces, hasta que una de las esposas de los pastores de allí, por intermedio de Dora de Broda, me indicó que asistiera a la Iglesia de Once donde actualmente continúo congregándome.
Cuando me anunciaron que podía llegar a ser la Presidenta de la Asociación Bautista, lo sentí lejano. Pero llegó el día y sentí temor por la responsabilidad que ello implica, porque soy exigente conmigo misma y no me gusta equivocarme y más cuando se trata de cosas que son para el Señor. Por otra parte, las premisas de la ABA son, entre otras cosas priorizar Su palabra, dar testimonio de Jesucristo, servir al prójimo y en ese sentido, considero que cada día debo ser un poco mejor para poder llevar adelante esta tarea.
Fue en ese momento cuando recordé, que en el Libro de Isaías, Dios necesitaba que alguien fuera a predicar al pueblo, e Isaías, después de ser limpiado y de haber sido purgado de su pecado, respondió al llamado de Dios: “Heme aquí, envíame a mí”.
Le estaba diciendo a Dios que estaba disponible para ir y comenzar su ministerio, tal como hoy respondo al Señor: Heme aquí, estoy disponible para Ti y para la tarea que me encomiendes.
Como Presidenta debo priorizar el desarrollo de nuevos líderes y en tal sentido considero que debo escuchar y trabajar con los jóvenes, mejorar las comunicaciones de nuestra institución hacia las iglesias, los pastores y todos sus asociados y al resto de asociaciones de América Latina y el mundo hispano en general, tener mayor comunicación con los responsables de las áreas para la planicación de sus proyectos y ponerlos en marcha y también no olvidar el festejo de los 20 años de ABA en el 2025.
Por último y para redondear, tengo el mayor de los intereses en trabajar en equipo, reuniendo todas las voluntades, todas las capacidades, todos los talentos y todos los dones. Cada uno de nosotros debemos sacar lo mejor de nosotros mismos.
El libro de Isaías está lleno de relatos esclarecedores sobre el pecado y la rebelión de Israel y advertencias sobre el juicio venidero . Pero junto con las advertencias, Isaías también ofrece un mensaje de esperanza: un Mesías venidero, que vendrá a establecer el Reino de Dios en la Tierra y a crear una nueva Jerusalén.
Por eso mis hermanos, si yo estoy disponible, ¿podré contar con todos ustedes?
“Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.”
[ Isaías 6:8-13 ]
LILIANA CHIMENTI