En el creyente no debe de existir la ansiedad. Nuestras pruebas, aflicciones y dificultades pueden ser grandes, muchas y variadas, y sin embargo, no debemos de sentri ansiedad bajo ninguna circunstancia, porque nuestro Padre que está en los Cielos es Todopoderoso. El ama a Sus hijos como ama a Su Hijo Unigénito y Su verdadero gozo y delicia es socorrerlos y ayudarles en todos tiempos y bajo todas circunstancias. Debiéramos prestar atención a la Palabra, "Por nada estéis afanosos; sino que en todas las cosas notarias vuestras peticiones delante de Dios, en toda oración y ruego, con hacimiento de gracias."
"En todas las cosas." Es decir, no meramente cuando la casa está ardiendo, no sólo cuando la amada esposa y los hijos están a la orilla de la sepultura, sino que en los asuntos pequeños de la vida debes poner todas las cosas delante de Dios, las cosas pequeñas, por muy pequeñas que sean, lo que el mundo llama cosas sin importancia; en una palabra, debes poner todas las cosas en comunión sagrada con nuestro Padre Celestial y con nuestro bendito Señor Jesús durante todo el día. Y cuando despertamos por la noche por una especie de instinto espiritual, debemos de volver a El y hablarle y poner delante de El nuestros pequeños asuntos en la nocche de desvelo, las dificultades en relación con la familia, nuestro negocio, nuestra profesión. Cualquiera que sea lo que nos pruebe y sea de la forma que sea, debemos de acudir al Señor y hablarle acerca de ello.
"Por oración y ruego," ocupando el lugar de los pordioseros, con celo, con perseverancia, continuando y esperando con paciencia en Dios.
"Con hacimiento de gracias." En todos tiempos debiéramos de establecer una buena base con hacimiento de gracia. Aunque todo lo demás nos falte, siempre tengamos presente, que El nos ha salvado del infierno. También, que El nos ha dado Su Santa Palabra, Su hijo, Su don escogido y El Santo Espíritu. Por lo tanto, tenemos razones más que sobradas para la acción de gracias. ¡Aspiremos a esto!
"Y la paz de Dios, que sobrepuja todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros entendimientos en Cristo Jesús." (Filipenses 4:7) Esta es una bendición tan grande, tan verdadera y tan valiosa que para comprenderla hay que conocerla por la experiencia, porque ella sobrepuja todo entendimiento. Guardemos estas cosas en nuestros corazones y tendremos el resultado de glorificar a Dios mucho más que hasta aquí hemos hecho si habitualmente andamos en ese espíritu.
George Muller en "Life of Trust."
Durante dos o tres veces en el día, mira a ver si tu corazón está perturbado por algo, y si ves que lo está, inmediatamente haz lo posible porque la inquietud desaparezca.
Francisco d Sales