Según los filósofos, uno de los tres motivos que a los seres humanos nos llevan a pensar, es el asombro, esa capacidad de sorprendernos grandemente frente a lo nuevo o desconocido… me sucedió hace poco, mirando un documental en Netflix, “Secret life of babies” (se puede ver también en Youtube).
Me maravilló descubrir procesos fisiológicos, cerebrales y anatómicos de los que no tenía registro, en los que nunca había reparado…
Disfruto cerca mío la vida de varios deambuladores, disfruto observar sus caritas y sus cuerpitos reaccionar frente a la aventura que el mundo les ofrece, ahora que lo pueden invadir, todo nuevo, todo a su alcance, o casi todo…ese andar inquieto, contínuo y agotador para quienes los cuidan, pero muestras de salud, curiosidad y confianza básica de la que hablamos anteriormente…
Ese andar incesante, en un tiempo desaparecerá, y se transformará en preguntas, muchas, tal vez agotadoras como sus primeros pasos, pero que nos seguirán mostrando su crecimiento y su asombro frente a la vida que se les despliega ante sí.
¿Qué padres necesitan estos niñitos?:
Al ir creciendo, probablemente esta capacidad de asombro se vaya aplacando un poco, pero la realidad seguirá ofreciéndole motivos para hacer preguntas.
Frente a los interrogantes que nos planteen, sigamos pidiendo sabiduría al Señor cuando sintamos que las respuestas quizá no las tenemos, busquemos junto a ellos lo que dice la Biblia, pidamos consejo y ayuda, pero nunca cortemos en ellos esa capacidad de pensar y reflexionar.
Ayudémoslos a ser personas maduras y pensantes en un mundo en constante movimiento.
Vivi