Comenzó Diciembre, mes de ternura y esperanza, Jesús el niño Dios ha nacido y con él la salvación de la humanidad…
Cada niño que nace, como dice una frase conocida, nos muestra que Dios no ha perdido la esperanza en los hombres, lo coloca en nuestras vidas para amarlo, cuidarlo y ayudarlo a crecer… alegría plena! Pero acompañada de dudas e incertidumbres, ¿podremos hacerlo bien? ¡Sí que podemos! Contamos con el Dios de la Vida, el Creador del Universo, que desea que lo busquemos SIEMPRE, cómo no nos va a guiar en esta tarea TAN ESPECIAL.
Les propongo este espacio, para que pensemos juntos en todos los aspectos que este trabajo de amor involucra. ¿Comenzamos?
¿Qué necesita nuestro bebé al nacer? Una mamá y un papá, o alguien que cumpla esas funciones, y muuucha leche,jaja, pero hay más, muchísimo más en estos comienzos, fíjense que interesante lo que plantea un psicólogo inglés llamado John Bowlby.
Él se preocupó por las relaciones afectivas que se establecen desde el nacimiento y dijo que los seres humanos de todas las edades son más felices y pueden desarrollar mejor sus capacidades cuando sienten que tras ellos hay una o más personas dignas de confianza que acudirán en su ayuda si surgen dificultades. Él la llama “figura de apego”, no es exclusiva de la etapa infantil, pero adquiere mayor importancia en ella; será esa base de seguridad que le permitirá desde allí explorar el mundo.
Al nacer, el bebé cuenta con una serie de conductas instintivas tendientes a mantener el vínculo y generar respuestas en los padres ( el llanto, la calma, la sonrisa refleja, la succión, el balbuceo…)
Serán importantes las respuestas que reciba frente a estas demandas, si le transmiten protección, seguridad, atención, amor, tranquilizarán sus ansiedades y temores, y serán los primeros pasos para su inserción en el mundo.
Palabras para recordar: …apego…confianza…seguridad…protección…ternura…brazos serenos…tiempo…miradas…
¡Hasta la próxima!
Vivi